Este 2024 se ha calculado que el día en que habremos agotado los recursos que nos puede ofrecer el planeta en un año a escala global es el 1 de agosto. Esta fecha variable se conoce como el Día de la deuda ecológica o de la Sobrecapacidad de la Tierra (en inglés, Earth Overshooting Day) y representa que ya hemos consumido el “saldo ecológico” disponible para el año y entramos en números rojos. Se trata de una cuestión de sostenibilidad, que se refiere a satisfacer las necesidades del presente sin comprometer la habilidad de futuras generaciones de satisfacer las suyas. Está claro que agotar en pocos meses los recursos naturales que el planeta puede producir en un año, es menos sostenible.
La fecha se calcula promediando todos los países del mundo, pero el ritmo de consumo de recursos varía según cada territorio y la realidad es que la diferencia es considerable. Por ejemplo, mientras que en Ecuador o en Indonesia esta línea roja se sobrepasa a finales de noviembre, en Qatar se ha puesto el 11 de febrero. O sea, si toda la población de la Tierra consumiera recursos al mismo ritmo que el país de Oriente Medio, agotaríamos los recursos naturales en poco más de cuarenta días. En España, se entró en deuda ecológica el 20 de mayo.
En 1970, la primera vez que se habló de haber sobrepasado la capacidad de generar recursos de la Tierra, la fecha calculada fue el 29 de diciembre. Rozando la sostenibilidad. Esta es la evolución de cómo ha ido adelantándose esta fecha hasta la actualidad: desde hace décadas, necesitaríamos casi dos planetas Tierra para seguir produciendo y consumiendo al ritmo que lo estamos haciendo.
Actualmente, se están superando uno a uno los límites planetarios establecidos. El calentamiento global, la pérdida de biodiversidad y la acidificación de los océanos, son problemas que ya están teniendo un impacto significativo en el medio ambiente y en la sociedad. Siguen siendo una preocupación importante la contaminación del aire, la degradación del suelo y el agotamiento de recursos naturales como el agua dulce y los minerales, que requieren acciones urgentes y significativas para evitar que se agraven.
Para retrasar esta cuenta atrás, entra en juego la economía circular, modelo de producción y consumo de busca alargar la vida de los recursos que ya se han extraído. A través de la prevención de residuos (a través del ecodiseño, de la proximidad, de evitar embalajes innecesarios, del consumo responsable); de la reutilización (la donación, la reparación, buscar nuevos usos) y de la recuperación material o reciclaje, podemos reducir el impacto ambiental y el desperdicio de materias primas.
Gestión de los recursos y sequía
En este contexto de prevención del derroche de recursos no podemos olvidar el agua, un bien que a menudo se ha dado por seguro y que ahora escasea. El excesivo consumo de este recurso y la falta de lluvias han puesto a Catalunya en estado de alerta, pero en otras zonas del planeta la emergencia ya es casi irreparable. A escala ciudadana, lo que nos corresponde es hacer un uso responsable de este y del resto de recursos naturales.